En un contexto recesivo, con un 50% de niños y niñas pobres y un 20% sin acceso a clases, Argentina siembra mayor desigualdad y precarización laboral
Más allá de la actual pandemia que golpea al mundo, social y económicamente, Argentina presenta un contexto de varios años continuados de caída de PBI (2018 -2,5; 2019 -2,2 y una estimación para el 2020 de -7,7%), un 49,6% de pobreza infantil (Encuesta Permanente de Hogares 2019) y el 19,5% de los estudiantes de primaria no dispone de conectividad (últimas pruebas Aprender)
En un panorama de crisis estructural de la Argentina, la pandemía profundiza la grieta social, económica y educativa de los más jóvenes;
¿Qué futuro podemos esperar ante tales datos y la carencia de una política gubernamental que brinde reales posibilidades de educación de calidad a los más relegados e inocentes de un sistema perverso generador de pobres y asistencialismo?
“Más de la mitad (54.11%) de las conexiones son de una velocidad menor a 20 Mbps, lo que no asegura actividades sincrónicas. Si bien estos datos no discriminan conexiones hogareñas de comerciales, sí permiten apreciar que un tercio (32.52%) de conexiones se encuentran en la zona “roja” de la banda angosta con velocidades menores a 6 Mbps. Tener internet no es sinónimo de estar conectados, solo con una computadora por chico y banda ancha (más de 20 Mbps.) se puede garantizar la continuidad escolar”, plantea el Observatorio Argentino por la Educación.
Un país federal, con una educación unitaria.
Las diferencias de acceso son notorias cuando se mide por provincias. Los distritos más aventajados son la ciudad de Buenos Aires, la Pampa y Tierra, donde el déficit de conectividad se ubica por debajo del 8%.
Sin embargo, en 7 provincias al menos un tercio de sus estudiantes no tiene Internet en la casa: Santiago del Estero (40,7%), Formosa (37,7%), San Juan (36,1%), Catamarca (35,0%), Misiones (35,0%), Chaco (33,5%) y Corrientes (33,3%).
En la secundaria el problema se mantiene. El 15% de los chicos no tiene conexión. Argentina se encuentra en la parte baja de la tabla si se lo compara con los otros países que participan de PISA: en el puesto 62 sobre 80. En la mirada regional se ubica en un punto medio. Por debajo de Brasil (91% de adolescentes con internet), Chile (90%) y Uruguay (88%), pero por encima de México (72%), Colombia (72%) y Perú (58%).
La falta de recursos no es solo un inconveniente de los alumnos: también atraviesa a los docentes, los actores que deben impulsar la educación a distancia. Según una encuesta de Sadop, el sindicato de los docentes privados, el 63 por ciento de los maestros no tiene una PC propia para desarrollar sus tareas laborales. “Es como si te dijera que el 63% de los empleados de la Uocra comparte los martillos”, grafican desde el sindicato.
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